miércoles, 26 de diciembre de 2007

Bond, James Bond

Esta es quizá una de la frases más famosas del cine, pronunciada, además, por uno de los personajes más conspicuos de la cultura pop desde inicios de la década de 1960, cuando se inició -disculpen la reiteración- una de las franquicias cinematográficas más exitosas de la historia. Sea encarnado por Sean Connery o Daniel Craig, pasando por George Lazenby, Roger Moore, Pierce Brosnan y hasta David Niven (en una parodia irreverente de la saga de espionaje), James Bond ha emocionado a las audiencias de todo el planeta con sus aventuras musicalizadas por el tema compuesto originalmente como pieza jazzística por Monty Norman y enriquecido magistralmente para orquesta por John Barry, quien compuso la partitura de 12 de las 22 películas que componen la serie producida por los Broccoli. En las primeras aventuras cinematográficas, el tema de James Bond se empleó como una suerte de leitmotiv asociado al agente 007, y en los filmes posteriores se convirtió en el tema de acción por antonomasia, no obstante que Barry le dio igual importancia a otras partes de la banda sonora. Según la Wikipedia, el tema de James Bond ha tenido diversas variaciones y adaptaciones según el estilo musical imperante en cada época. Primeramente, se encuentra la versión "clásica" con los arreglos y orquestaciones de Barry y con Vic Flick en los riff de guitarra eléctrica; esta versión del tema aparece en las películas de Sean Connery, desde Dr. No hasta Diamantes para la eternidad, y ha sido la piedra angular para todos los compositores que han escrito música para alguno de los filmes de James Bond. Mencionemos que en Al servicio secreto de Su Majestad, Barry optó por una variación del tema en que un sintetizador moog tocaba la melodía, con el fin de distinguir al Bond de George Lazenby del representado por Connery.

Tras la llegada de Roger Moore, Barry presentó la versión "sinfónica" del tema bondiano, con mejores arreglos y una orquestación espectacular, además de eliminar la guitarra eléctrica. Esta versión se presentó desde El hombre del revólver de oro hasta The living daylights, en la que sólo hubo una pequeña variación mediante sintetizadores como una manera de diferenciar a Timothy Dalton del Bond predecesor.
Asimismo, en plena etapa Moore, La espía que me amó presenta una variación del tema musical en un estilo muy apegado a la musica disco y funky, muy en boga en la década de 1970. El compositor Marvin Hamlisch le llamó Bond 77 a la variación que compuso, por el año en que se estrenó la película.
Muy posteriormente, en la segunda y última película de Timothy Dalton, Licencia para matar, cuando Barry no volvió a trabajar más para la franquicia, el compositor Michael Kamen retomó algunos de los elementos de la versión "clásica" para adaptarlos a guitarra española, y así dar un tono pretendidamente hispano a la aventura de Bond contra un traficante de drogas latinoamericano. Y después, tras un interludio de seis años en la saga, el compositor francés Eric Serra se encargó de la partitura en Goldeneye, pero recibió severas críticas por la manera en que empleó el tema de Barry, tocado por sintetizadores y coros hindúes que le dieron un inadecuado tono tétrico a la melodía. De hecho la única aparición del tema sinfónico de Barry en el film, durante la escena del tanque, se debe a la intervención del compositor John Altman.
Finalmente, tras el malogrado intento de Serra, el británico David Arnold se hizo cargo de musicalizar la serie, e inició su labor con la versión "clásica" en El mañana nunca muere, para presentar su versión en El mundo no basta, con elementos orquestales novedosos y techno que retoma para Muere otro día. Pero los aires clásicos del tema de James Bond volverán a escucharse en la partitura compuesta por el mismo Arnold para Casino Royale.

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