Lección 5: ¡Cuidado con las indicaciones!
Como hemos venido indicando en estos apuntes, toda partitura cuenta con una serie de elementos que deben revisarse detenidamente antes de proceder a pasarla por las armas, digo, ejecutársela.
En primer lugar, de izquierda a derecha, tenemos la clave (sol, fa, do), que nos indica cómo se lee cada nota que aparece en el pentagrama (en la clave de sol en segunda línea –que es la que se usa para muchos instrumentos, en particular el violín– la nota sol de la segunda octava se coloca justo en la segunda línea del pentagrama, contando de abajo hacia arriba; esta nota se toca con el tercer dedo sobre la cuerda re).
El segundo elemento es el tipo de compás, el cual es aquel que se empleará de forma regular a lo largo de toda la pieza, y que puede ser de 4/4, de 3/4 o de 6/8, etcétera. Un compás 4/4 contiene cuatro tiempos, tomando como unidad de base la negra –el frijolillo oscuro con el palito–, y se cuenta "un, dos, tres, cuatro" o "un ííí dos ííí tres ííí cua ííí", donde a cada tiempo le corresponde una nota negra o dos corcheas.
El tipo de compás puede modificarse en algún punto de la partitura, a partir de donde se indique, y luego volver al original.
Enseguida, como tercer elemento, tenemos la armadura de clave, que nos da el tono –o registro– de la obra. Conocido en algunas comarcas como registro de do mayor, de si bemol, etcétera, se representa mediante sostenidos o bemoles al principio de la partitura –o en la parte del pentagrama en el que llegue a modificarse la armadura de clave–.
El segundo elemento es el tipo de compás, el cual es aquel que se empleará de forma regular a lo largo de toda la pieza, y que puede ser de 4/4, de 3/4 o de 6/8, etcétera. Un compás 4/4 contiene cuatro tiempos, tomando como unidad de base la negra –el frijolillo oscuro con el palito–, y se cuenta "un, dos, tres, cuatro" o "un ííí dos ííí tres ííí cua ííí", donde a cada tiempo le corresponde una nota negra o dos corcheas.
El tipo de compás puede modificarse en algún punto de la partitura, a partir de donde se indique, y luego volver al original.
Enseguida, como tercer elemento, tenemos la armadura de clave, que nos da el tono –o registro– de la obra. Conocido en algunas comarcas como registro de do mayor, de si bemol, etcétera, se representa mediante sostenidos o bemoles al principio de la partitura –o en la parte del pentagrama en el que llegue a modificarse la armadura de clave–.


De la misma manera que el tipo de compás, la armadura de clave también puede modificarse a partir del punto en que se indique en la partitura, y puede quedar la obra ya con esa armadura, volver a la original o cambiar a otra.
Las partituras cuentan con muchos más elementos –signos de repetición, o indicaciones de intensidad de volumen o de velocidad, por ejemplo– pero por el momento es suficiente.
Resumiendo: antes de interpretar una partitura deben analizarse clave, tipo de compás, armadura de clave y demás indicaciones que tenga la partitura. Bone chance!
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